Trato de justificar el tenerte de nuevo frente a mi, después de tantos años, tantos daños.
Pareciera que fue ayer pero han pasado trece años en que nuestros caminos inexpertos se encontraron.
Trece años, me detengo al verte y no puedo evitar pensar en la manera de que esta vez no tengamos que marcharnos ni decir adiós.
No puedo evitar pensar en la forma de hacerlo, de hacerlo bien y cumplir con la promesa de cuidarnos siempre.
Ya me canse de buscar sentir, de intentar hacerlo y no lograrlo, quiero tirar del gatillo y con suerte el disparo no detone.
Saltaré al vacío, esperando también saltes.
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