Quedan estas raíces secas, de toda esta vida que no queremos regar. Quedan las flores marchitas, montónes de tierra seca en las macetas.
Quedaron un millón de hojas esparcidas que hoy son polvo, montones de recuerdos que durante años no hemos querido cuidar.
Quedaron solo las espinas en el lugar donde antes habia flores y en mis manos cicatrices que solo duelen cuando las llamas por su nombre.
Comentarios