top of page
Foto del escritorMaday C. Doria

BORRADOR, Parte 2 – No la quiere.

Trató de no pensar en nada y acudió al lugar esperando no esperar, sería solo una noche y sin más, seguirían su camino como si nada hubiese pasado.

Intentó no sentir, la observó y lo vió en sus ojos, esa chiquilla le decía a gritos que la amara; se distrajo mirándole el ceño, mientras se decía a mí misma que el mensaje que entendía era el equivocado.

Después, enumeró uno a uno sus defectos; Ella los tenía todos, acababa con su poca paciencia mientras le sonreía con gesto cómplice, con la mirada de una chiquilla tras cometer su travesura.

Intentó desesperadamente terminar el muro y cuando terminó, Ella se encontraba en el lado equivocado.

De pronto, a Maya no le importaron sus errores y manías; ni siquiera le importó que entre ellas existieran ciento cuarenta y tres kilómetros de carretera de su casa a la suya, o los ochenta y nueve meses que separan su diez de febrero a su treinta y uno de julio.

De pronto, su pasado se difuminaba, el de Ella no existía y Maya no tenía la intensión de investigarlo.

Ya han pasado cuarenta y seis días desde entonces.

Podría asegurar que no la quiere.

Sonará increíble, pero cada día piensa menos en sí y un poco más en ella.

Imagina los domingos por la mañana, los viernes por la noche.

Logra ver las tardes después de la oficina, las prisas, los celos, las peleas, las conversaciones, las autopistas, los pequeños viajes de fin de semana.

La ve a su lado derecho de la cama.

Logra verla a su lado al abrir los ojos por las mañanas.

Podría asegurar que no la quiere.

Le rompió el corazón, Ella se encargó de hacer latir el suyo. Se comenzó a sentir persona.

Hoy, ni siquiera le importa si va a romperlo.

1 visualización0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page